Odiando cada día un poco más
Odio los días en los que tu presencia me falta, que el aire me pesa y no consigo respirarlo, días en los que mi mente me traiciona trayéndote a colación, días en los que me enferma no estés a mi lado.
Odio las mañanas en las que despierto solo, que mi cama muestra vacío tu espacio, que los murmullos en mis oídos son gritos de mi dolor, días en los que ni el despertar me sabe.
Odio el no tener fuerzas para seguir adelante, el saberte lejos y distante marca cruel diferencia en mí vivir, no soy yo, estoy ausente, todo me irrita, nada me satisface, anhelo tu embriagante olor, tus hipnotizantes miradas, tus excitantes besos y tus calientes caricias.
Odio los días en los que no me separo del computador en espera de verte online, el celular todo el tiempo está en mi bolsillo esperando tu llamada, odio esta espera que no me regala la esperanza de saberte en mi frecuencia.
Odio lidiar con mis pensamientos, con la impotencia de amarte y no poder hacerlo, con la frustración de saberte tan lejos y tan cerca, con la melancolía que me impide estar al cien, con los recuerdos dulces de los momentos felices que ahora solo dejan sin sabores y amargura regada por toda mi piel.
Odio no conocer que es lo que sientes, si odias lo que odio, si odias que no te amé como mereces ser amada, si odias odiarme, odio no saber si yo puedo ser tu abrigo, tu consuelo, tu abrazo, tu cálido deseo.
Odio ser quien viva a medias, a la expectativa, a la deriva. Odio no odiarte pero odio más amarte, amarte como lo hago me enferma, me daña, me hiere, me duele. Amarte como lo hago es el más dulce tormento de mi existencia, es la sal y la pimienta de mi vida, son los colores del día.
Odio amarte, pero odio mas no querer dejar de hacerlo.
Odio los días en los que tu presencia me falta, que el aire me pesa y no consigo respirarlo, días en los que mi mente me traiciona trayéndote a colación, días en los que me enferma no estés a mi lado.
Odio las mañanas en las que despierto solo, que mi cama muestra vacío tu espacio, que los murmullos en mis oídos son gritos de mi dolor, días en los que ni el despertar me sabe.
Odio el no tener fuerzas para seguir adelante, el saberte lejos y distante marca cruel diferencia en mí vivir, no soy yo, estoy ausente, todo me irrita, nada me satisface, anhelo tu embriagante olor, tus hipnotizantes miradas, tus excitantes besos y tus calientes caricias.
Odio los días en los que no me separo del computador en espera de verte online, el celular todo el tiempo está en mi bolsillo esperando tu llamada, odio esta espera que no me regala la esperanza de saberte en mi frecuencia.
Odio lidiar con mis pensamientos, con la impotencia de amarte y no poder hacerlo, con la frustración de saberte tan lejos y tan cerca, con la melancolía que me impide estar al cien, con los recuerdos dulces de los momentos felices que ahora solo dejan sin sabores y amargura regada por toda mi piel.
Odio no conocer que es lo que sientes, si odias lo que odio, si odias que no te amé como mereces ser amada, si odias odiarme, odio no saber si yo puedo ser tu abrigo, tu consuelo, tu abrazo, tu cálido deseo.
Odio ser quien viva a medias, a la expectativa, a la deriva. Odio no odiarte pero odio más amarte, amarte como lo hago me enferma, me daña, me hiere, me duele. Amarte como lo hago es el más dulce tormento de mi existencia, es la sal y la pimienta de mi vida, son los colores del día.
Odio amarte, pero odio mas no querer dejar de hacerlo.
By Hermes
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